Es lo último de Ahumados Domínguez: el lomo de bacalao ahumado precortado. Brutal.
Empezando por el estricto corte artesanal, a cuchillo, lo que induce sensaciones textuales de esquizofrénica morbidez al aliarse la firmeza con la erótica jugosidad del lomo y el aceite de oliva extra virgen que lo acompaña. De carne blanca y limpia, cuando se taca destaca por su sutileza y su armonía, por el fino equilibrio entre el ahumado y el salado, que alegran el paladar sin hurtarle nada al bacalao. intensidad exquisita.
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